Nuestra idea de paz puede variar, pero cuando leemos la Biblia podemos encontrar que la paz momentánea y terrenal no es la misma que Dios da.
Las características de la paz de Dios son fácilmente reconocibles porque vienen de una fuente eterna y además, repercuten en el ambiente que nos rodea.
Características de la paz
1. La paz protege nuestro corazón
No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos. Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo.
Filipenses 4:6-7 (TLA)
Hay momentos en los que nos vemos tentados a entregar nuestro corazón a situaciones indebidas. Es por ello que cuando estamos en paz, estamos protegidos de cualquier influencia dañina. Sin embargo, la Biblia advierte que el único capaz de entregar este tipo de paz es Dios, pues si estamos con Él, nuestro corazón y pensamientos estarán a salvo.
2. Es fruto del Espíritu Santo
En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz…
Gálatas 5:22 (NTV)
Nadie puede decir que disfruta de auténtica paz, si es que el Espíritu Santo no ha hecho un cambio en su vida. Asimismo, la paz es parte del fruto del Espíritu Santo, es decir que nunca está sola, sino que está acompañada de otras muestras como el amor y la alegría.
3. La paz nace de la esperanza
Jesús advirtió que en la vida no todo sería sencillo y de color de rosa. Esto no significa que debemos vivir afligidos y tristes, sino que debemos de tener nuestra confianza en que Jesús está siempre a cargo de todo; y que sin importar la situación, Él está de nuestro lado (Juan 16:33).
4. Promueve la unidad
Es imposible decir que estamos en paz con Dios, si la relación con nuestros semejantes está destruida. La paz que proviene de Dios nos ayuda a estar bien con nosotros mismos y con los demás (Romanos 12:18, 1 Pedro 3:9-11).
5. La paz es para los obedientes
Dios dejó preceptos para que podamos vivir de acuerdo a su plan. No siempre es fácil obedecerlas; sin embargo, sólo de esta manera podremos tener la paz que sobrepasa nuestro entendimiento. De otra manera, sólo tendremos satisfacción momentánea, mas no paz (Salmos 119:165).
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