Nuestra naturaleza humana hace que se rompa la lealtad a alguien que nos ha fallado, que ha faltado a su palabra o a actuado en contra nuestra. Sin embargo, la fidelidad de Dios no depende de nuestros actos, sino de quién es Él, pues el Señor no cambia y permanece fiel a quién es.
Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.
2 Timoteo 2:13 (RVR 1960).
Permanece fiel
El carácter de Dios es inalterable, no se altera en las circunstancias sino es constante para todos nosotros. A pesar de nuestras faltas, transgresiones y todo lo que pueda hacer que otros pierdan la confianza, en Dios no es así.
Que gran privilegio tenemos de contar con un Señor que perdona y borra nuestros pecados, que nos da una nueva oportunidad a diario para corregir nuestro actuar y mantenernos a su lado.
Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
Lamentaciones 3:22-23 (RVR 1960).
El Señor te espera
No hay nada que nos pueda separar de Dios, y menos algo que hayamos hecho. Es probable que creas que el Señor te ha desechado por algo que dijiste o algo que hiciste, debes saber que Él te espera, así como el padre del hijo pródigo que no dudó en recibir a su hijo con los brazos abierto.
Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
Lucas 15:20 (RVR 1960).
No necesitamos dejar las prácticas religiosas para alejarnos de Dios, basta una sigilosa desconexión con Su corazón, Su Palabra y Su presencia. Ignorar que estamos lejos de Él puede hacer que no creamos en su fidelidad y su misericordia.
Hoy es un buen día para dejar de lado el pensamiento errado que tenemos y nos aferremos a la Palabra de Dios, que dice que Él no cambia y que su fidelidad es eterna.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.