Dios mío, mírame y ten compasión de mí que estoy solo y triste. Libérame de mis angustias y sácame del peligro.
Salmos 25:16-17 (PDT)
Todos necesitamos recibir el consuelo de Dios, comprender que no estamos solos y que aunque las pruebas que atravesamos sean muy difíciles, Él puede librarnos de la angustia.
Para recibir más de Dios debemos hablar con Él sinceramente como lo hizo el rey David, quien no adornó sus sentimientos sino que puso sus frustraciones y dolor delante de Dios.
No es bueno estancarse de por vida en medio del dolor y vivir con ansiedad, es importante buscar ayuda, recurrir al Señor, quien prometió estar con nosotros hasta el fin del mundo y que nos enviaría a su Espíritu Santo.
Yo estaba muy preocupado e intranquilo, pero tú me consolaste y me llenaste de alegría.
Salmos 94:19 (PDT)
El consuelo de Dios es como la llovizna en tierra seca, refresca el ambiente y prepara el terreno para la siembra, el Señor alivia el corazón para que el creyente confíe en su palabra y de esta forma ayudarle a crecer en la fe
El SEÑOR siempre está dispuesto a ayudar a los que sufren y salva a los que han perdido toda esperanza.
Salmos 34:18 (PDT)
Permite que Jesucristo consuele tu vida y sane tu corazón.
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para Radio Cristiana CVCLAVOZ.