Sabemos bien que la mentira es un pecado que desagrada a Dios. Y aunque queremos darle más importancia a otros, porque en nuestra naturaleza, un crimen merece más castigo que una mentira, para nuestro Dios, todos los pecados son iguales. Por eso tenemos un Dios que no miente.
Dios nunca miente
Cuando entendemos esto, debemos confiar más en Él. Quitarnos los temores, porque tenemos Su promesa de que nunca nos abandonará y nuestro Dios no miente. Por tanto, debemos tener la paz que nos da la certeza del amor, la protección y la provisión de Dios.
Y hay personas que aún hablan de «mentiras piadosas», y todos podemos tener ese deseo de encubrir a veces una noticia, para no hacer daño. Pero debemos buscar la manera de no hacerlo. Recordemos a Ananías y Safira, que mintieron acerca de una donación que sí hicieron, pero quisieron que pareciera mayor.
Yo, Pablo, esclavo de Dios y apóstol de Jesucristo, escribo esta carta. Fui enviado para proclamar fe a los que Dios ha elegido y para enseñarles a conocer la verdad que les muestra cómo vivir una vida dedicada a Dios. Esta verdad les da la confianza de que tienen la vida eterna, la cual Dios—quien no miente—les prometió antes de que comenzara el mundo.
Tito 1:1-2 (NTV)
A Dios no le agrada para nada que mintamos
Cuando recibimos a Jesús en nuestros corazones, nos hacemos cristianos, no debemos permitir que nuestras viejas maneras permanezcan. Debemos esforzarnos cada día por acercarnos más a la obra maestra que Él quiere hacer de nosotros, sin olvidar que, si no lo hacemos, lo rechazamos.
Cuando invitas a vivir a una persona a tu hogar, en este caso a Jesús en tu corazón, le atiendes y procuras complacerle. Estamos hablando del Creador de todo, incluso de ti, de tu cuerpo, tu mente, tu corazón. Honra a Dios con tus acciones, con tus palabras y con tu vida. No mientas.
Y sabemos que hay momentos en que nos guardamos una información para no herir. Pero es diferente eso, que mentir. Es preferible no decir nada, que decir una mentira. Esforcémonos pues, por agradar a Dios, llevando una vida que sea digna de Su amor y sea agradable para Él. Y no olvides nunca que Dios no miente.
No se mientan unos a otros, porque ustedes ya se han quitado la vieja naturaleza pecaminosa y todos sus actos perversos.
Colosenses 3:9 (NTV)
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