Todos vemos necesidad alrededor nuestro y quizás ahora mucho más con la crisis ocasionada por la pandemia, pero ¿cómo reaccionas cuando ves gente necesitada? ¿Eres de los que ayuda o de los que huye?
¡Quién tuviera un bote más grande!
Se cuenta que cuando el vapor “Princess Alice” chocó con el buque “Bywell Castle”, había más de 900 pasajeros a bordo de ambos barcos y dos barqueros estaban amarrando sus botes a la orilla.
Al oír el estallido del choque y los gritos de los náufragos, uno de ellos dijo:
- Estoy muy cansado y me voy a casa, al fin y al cabo nadie entre estos desgraciados me vería.
Pero en la investigación judicial que tuvo lugar poco después, ambos fueron llamados a comparecer ante el juez, y preguntando al primero si había oído los gritos, tuvo que confesar que sí. El juez tomó por segunda vez la palabra preguntando qué había hecho, a lo que tuvo que responder con la excusa de la niebla. Interrogado por tercera vez le dijo el juez:
- ¿Y no siente ahora usted arrepentimiento y vergüenza?
- Señor – respondió el hombre- la vergüenza y el remordimiento nunca me dejarán hasta que muera. Yo no me di cuenta de lo tremendo de la catástrofe que causó la muerte de tantas personas.
El hombre fue castigado por negligencia.
Cuando se le preguntó al otro lo que había hecho, explicó:
- Salté a mi bote y remé con todas mis fuerzas hacia el lugar del naufragio, a pesar de que no podía ver nada, pero me guie por los gritos de las mujeres y niños. Salvé a tantas personas como pude, y cuando ya era peligroso tomar otra más, me fui remando hacia la costa con este grito: ¡Oh señor, quién tuviera un bote más grande!
¡Ayuda! aunque sea con poco
Sin duda alguna a todos nos gustaría tener los recursos necesarios para ayudar a las personas en necesidad, pero eso no siempre es posible.
Sin embargo, si ves necesidad, no dudes en ayudar, aunque sea poco lo que puedas hacer, Dios puede multiplicar esa ayuda y también te bendecirá a ti. No permitas que el cansancio, el desánimo o el no poder hacer grandes cosas te detenga, ¡ayuda con lo que puedas!
La ayuda más importante
A veces la necesidad más evidente puede ser la física, como la falta de alimentos, ropa u otras cosas. Sin embargo, la ayuda más valiosa es cuando vemos la necesidad espiritual de la gente y les damos las Buenas Nuevas.
Es verdad que mucha gente se ha quedado sin trabajo y que enfrentan una lucha diaria por cubrir las necesidades básicas de ellos y sus familias; pero en medio de todo este caos, existe mucha gente deprimida y sin esperanza, gente que necesita sanar su alma.
Esta ayuda no cuesta nada y tiene valor de eternidad. ¿Estás dispuesto a darla?
Si ves a alguien pasando una necesidad, ayuda, no huyas, quizás después sea tarde y el arrepentimiento te atormentará como aquel hombre que decidió irse a casa, ignorando los gritos de la gente y además, ¿cuál será tu respuesta ante el tribunal de Cristo?
Pues todos tendremos que estar delante de Cristo para ser juzgados. Cada uno de nosotros recibirá lo que merezca por lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en este cuerpo terrenal
2 Corintios 5:10 (NTV)
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.