Parece mentira, pero a muchos, en cuanto se les presenta un problema inesperado dejan de sentir la alegría de vivir. Se derrotan fácilmente y se hunden en la tristeza porque sienten que no hay remedio para lo que les dijeron o la nueva situación. Sea un diagnóstico de una enfermedad terrible o un cambio radical económico.
Vive cada momento
Vivir el presente intensamente, sin reprocharnos sobre lo que hayamos hecho o dejado de hacer en el pasado. Disfrutar de cada momento a plenitud. Esa es la manera de estar más alegres.
Tampoco nos debemos angustiar por el futuro. Es bueno ser previsivo, pero no al punto en el que el presente se nos pase.
¡Me llené de alegría en el Señor mi Dios! Pues él me vistió con ropas de salvación y me envolvió en un manto de justicia. Soy como un novio vestido para su boda o una novia con sus joyas.
Isaías 61:10 (NTV)
Define lo que te causa alegría de vivir
Si tienes claro lo que deseas en la vida, lo que más te gusta hacer y a dónde te gustaría llegar, podrás tener definido lo que te causa alegría de vivir y lucharás por ello. No es obsesionarte para lograr las cosas. Tomar cada día un paso hacia tus objetivos te dará satisfacción y mucha alegría.
Vive un presente de logros en el que esa alegría de vivir sea una constante, que te ayude a echar fuera los temores, las inquietudes y las tristezas.
En realidad, debes tener claro que la felicidad no está en poseer muchas cosas sino en la manera como logras obtenerlas.
Disfruta cada día de lo que eres, de lo que tienes, de lo que has logrado. Y no olvides que la felicidad va de la mano con la autenticidad, la bondad, el agradecimiento y todas las virtudes. Todo lo bueno trae alegrías. Busca lo bueno para lograr esa alegría de vivir.
El perdón, el agradecimiento y la bondad te dan alegría
Cuando te enfocas en el agradecimiento, hacia tu Creador por todas las cosas que te ha permitido lograr la sientes. El lugar en el que vives, el techo sobre tu cabeza y las provisiones que siempre han estado, así, sientes paz en tu espíritu. Y esa paz te da la verdadera felicidad y la alegría de vivir.
Alégrense con los que están alegres y lloren con los que lloran.
Romanos 12:15 (NTV)
Por otra parte, nada enriquece tanto como perdonar y ser generoso. Dar y compartir. Celebrar los éxitos de los demás como si fueran propios y la felicidad de otros como si fuera nuestra. Tener humildad, bondad, ayudar, comprender y ser generoso te ayuda a tener la alegría verdadera de vivir.
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