Hacer justicia significa proceder de manera honorable con Dios y con todos en nuestro entorno. Somos justos con Dios cuando reconocemos Su gran amor a pesar de que no lo merecemos y somos justo con los demás si les demostramos el amor de Jesús.
Pero así como somos justos, podemos caer en trampas de las justicias e injusticias de la vida. Hay cosas que juzgamos por lo que percibimos, otras, por lo que sentimos. La verdad es que no hay ninguno completamente justo, el único totalmente justo es Dios.
Miren a mi siervo, al que yo fortalezco; él es mi elegido, quien me complace. He puesto mi Espíritu sobre él; él hará justicia a las naciones.
Isaías 42:1 (NTV)
La justicia de Dios es salvación divina que tenemos, por la promesa de Jesús de pasar la eternidad a Su lado. Pero en el mundo enfrentaremos muchas injusticias, porque hay gente mala, porque hay leyes que a veces pueden no ser justas y porque somos humanos.
¿Podemos practicar la justicia y evitar las injusticias de la vida?
El ser humano no puede alcanzar la justicia verdadera y perfecta por sí mismo. Es un estándar demasiado alto. Lo positivo es que la verdadera justicia sí es posible para la humanidad si creemos en Jesús y lo aceptamos en nuestro corazón.
Jesús cambió nuestro pecado en la cruz por Su justicia perfecta, para que cuando vayamos al juicio final, Dios el Padre no vea nuestro pecado. Jesús se presentará delante de nosotros y será nuestra santa justicia.
Por ello insistimos en que tenemos que tomar la decisión de recibir a Jesús en nuestros corazones ahora, después será tarde. Dios nos da la oportunidad de elegir dónde queremos pasar la eternidad y debemos aprovechar el tiempo, por eso lo predicamos.
Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo.
2 Corintios 5:21 (NTV)
Tenemos que estar eternamente agradecidos con Dios por Su inmensa misericordia y por permitirnos experimentar Su justicia y ser protegidos de las injusticias de la vida. Tenemos un Dios único, al que debemos toda nuestra adoración por siempre.
Oración del día
Dios de mi vida, bendito y misericordioso, te doy gracias por todo tu amor y por tener el privilegio de tu maravillosa justicia divina. Te ruego que me permitas ser justo y nunca tienda yo a juzgar a nadie. Solo Tú eres justo mi Señor. A ninguno nos gusta las injusticias de esta vida, pero sabemos que Tú estás en control y tienes la última palabra. Que pueda yo llegar a confiar total y absolutamente en Ti y Tu justicia divina, en el nombre de Jesús lo pido, amén.
Aplicación
¿Qué injusticias de este mundo has experimentado?