Es un hecho que la primera impresión de las personas que no creen, cuando les queremos introducir a Jesús, es el rechazo. Por eso debemos ser amables, iniciar una conversación de reconocimiento. Indagar qué es lo que más les gusta, lo que más les preocupa.
Nuestra actitud siempre dice más que todas las frases que nos ingeniemos para evangelizar; pero solo las palabras no son suficientes. Lo primero que debemos hacer cuando queremos introducir a alguien a Jesús, es orar por ellos. Luego, tratarlos con el amor que Jesús nos enseñó.
Dicen que las palabras se las lleva el viento
Es un dicho popular, pero nosotros sabemos que la Palabra de Dios no se la lleva el viento. Es poderosa y capaz de llegar al alma y al espíritu. Por tanto, al orar, debemos usar la Palabra de Dios. Leer la Biblia y conocerla para reflejar el deseo de Dios a otros.
Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos.
Hebreos 4:12 (NTV)
Logra el interés de los demás
Siendo serviciales con las personas, viviendo una vida decente, haciendo el bien, impactamos más que saliendo a hacer prédicas. Hoy día todos andan apurados, la prisa actual no facilita las conexiones, pero siendo nuestra mejor versión cada día, lograremos interés porque serán más que palabras.
Al lograr interesarlos en nuestra paz, en nuestro gozo, que viene de Dios, va a ser más probable que podamos salvarlos con la verdad. Con la esperanza que tenemos en la eternidad llevaremos nuestra Gran Comisión a cabo más fácilmente porque no serán solo palabras las que demos.
El cielo y la tierra desaparecerán, pero mis palabras no desaparecerán jamás.
Mateo 24:35 (NTV)
Sabiendo que la Palabra de Dios es intachable, debemos acudir a ella a diario, debemos memorizarla y meditar en ella. Teniendo ese contacto directo a diario con Dios, el Espíritu Santo nos hará el llamado a acercarnos a quienes necesitan saber de Él.
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