Ustedes son la sal de la tierra. Pero ¿para qué sirve la sal si ha perdido su sabor? ¿Pueden lograr que vuelva a ser salada? La descartarán y la pisotearán como algo que no tiene ningún valor.
Mateo 5:13 (NTV)
Como la sal
Samuel Vila, entre sus ilustraciones, comenta que se han hecho muchas consideraciones sobre esta figura que Jesús usó. Entre ellas, se dice que la sal da sabor, conserva los alimentos libres de putrefacción, etc. Sin embargo, el médico de su hija le mostró una aplicación diferente.
El médico le había ordenado a la joven abstenerse de muchas cosas, ya que por su salud no le convenía de ninguna manera subir de peso. Todas las prohibiciones le parecían razonables a Vila, menos la de suprimir la sal.
- Si la sal no engorda, ¿por qué te la prohíbe? – le preguntó a su hija.
- Porque abre el apetito- respondió ella.
Somos la sal del mundo
En ocasiones olvidamos que somos la sal del mundo y tenemos una gran responsabilidad que cumplir.
Si tenemos en cuenta la ilustración de esa propiedad de la sal, nos daremos cuenta que el hecho de que las personas se interesen por Jesús depende de nosotros y de nuestras vidas. Somos responsables de despertar el apetito, el deseo de conocer más acerca de Dios.
Por eso es tan importante cómo vivimos, el ejemplo que damos, cómo nos comportamos frente a circunstancias adversas o cuando alguien nos ofende.
Procuremos ser esas personas que despierten en otros el anhelo de conocer al Señor, que donde vayamos la gente busque tener una relación personal con Dios y no seamos nunca piedra de tropiezo para nadie.
Oración del día
Padre amado, gracias por tenerme en cuenta para la gran comisión y permitirme llevar a otros las Buenas Nuevas. Este día vengo a pedirte que puedas ayudarme a recordar siempre que todo lo que hago y digo impactan a las personas que me rodean. Permíteme ser sal para la gente que me conoce, que siempre busquen conocerte más. En el nombre de Jesús, amén.
Aplicación
¿Conoces otras propiedades de la sal que puedan ilustrar la figura que usó Jesús? ¿Cuáles son?