A todos nos pasa que hemos herido o dañado a alguien, quizás tomaste algo que no era tuyo y ahora no sabes cómo reparar el daño que causaste.
Reconoce tu falta
Samuel Vila cuenta una anécdota de un nuevo convertido que fue a ver a su pastor y le dijo:
- Antes de ser salvado robé una cuerda del cobertizo de mi vecino. Después de leer acerca de Zaqueo en la Biblia, decidí devolverla.
El predicador indagó más acerca de aquella devolución y le dijo:
- ¿Estás seguro de que eso es todo lo que le quitaste?
- Bueno- respondió bastante incómodo el hombre- para ser totalmente claro, debo decir que no he devuelto al señor lo que estaba al otro lado de la cuerda… era un hermoso ternero, bien cebado; pero esto no puedo devolverlo porque hace años que lo matamos y lo comimos. ¿Cómo podría devolvérselo?
El autor de esta historia cuenta también que cuando era niño se convirtieron en el pueblo de Rubí (Barcelona) los primeros cristianos, los mismos que tenían vergüenza de confesar a cara descubierta cosas que habían hurtado en otro tiempo.
Debido a eso, decidieron envolver el valor de dicho objeto en un papel muy fuerte y lo echaban por encima de la tapia del patio o jardín de la casa.
Junto con un papel blanco en el que escribían la circunstancia en que habían pecado, sin mencionar su nombre, pero declarando que su conversión a Dios era lo que les había llevado al propósito de devolver el valor de lo robado.
Necesitas liberarte de ese peso
No importa si tomaste algo pequeño o si fue algo de mucho valor, quizás heriste a alguien en una discusión o hiciste algo que lo lastimó mucho. Sin importar qué pasó, necesitas reparar ese daño y liberarte de ese peso que llevas.
Quizás te suceda como las historias de la anécdota del principio, que no puedes devolver lo que tomaste o quizás es muy difícil que des la cara. Siempre es bueno enfrentar nuestros temores y reconocer nuestros errores, pero si la situación es muy complicada, pídele a Dios sabiduría y que Él te ayude a afrontar esa situación.
Ya no cargues con ese peso, soluciona esa área de tu vida para que puedas recibir la bendición que Dios tiene para ti.
Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
Santiago 5:16 (RVR1960)
No sigas fingiendo que nada pasó, admite tu falla, pídele perdón a Dios y a las personas afectadas y remienda el daño que causaste, eso habla más de tu conversión que la cantidad de veces que asistes a la iglesia o cuántas veces leíste la Biblia; debes vivir el evangelio.
El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
Proverbios 28:13 (RVR1960)
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.