El virus que está azotando el mundo entero, conocido como COVID-19, ha traído mucho sufrimiento y pérdidas en diferentes hogares; algunos continúan con secuelas en su salud. Se teme de un rebrote y, al mismo tiempo, se espera que este mal termine pronto.
La cura puede estar en tus manos
Imagina que en esta época encuentras la cura del virus, supongamos que la has probado con varias personas y todas se han sanado inmediatamente; de hecho, ninguna ha presentado alguna consecuencia negativa, al contrario, se han levantado de un estado grave. Si fuera este tu caso, ¿qué harías?
Si conoces el daño y sufrimiento que este virus ha causado a muchas familias, seguramente no esperarías para comunicar y compartir la cura de inmediato; de lo contrario serías alguien egoísta porque sólo tú lo aprovecharías y no pensarías en otros.
Piensas en ti o en los demás
Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
Hechos 20:24 (RVR 1960)
Pablo menciona que tenía un deber, el cual era más valioso que su propia vida y era dar a conocer el evangelio de Jesús, puesto que por este medio muchas personas se salvarían; él sabía que el mensaje era necesario para la humanidad y no se quedó callado.
Dios te llamó a salvar vidas
Muchas personas están perdidas, familias destruidas por el alcohol, adulterio, violencia, jóvenes confundidos, destruyéndose porque no conocen su valor. Existe una necesidad enorme de que los cristianos compartan el mensaje del Señor, pero lamentablemente a veces somos muy egoístas.
Si has conocido el amor de Dios debes tener presente que tienes un deber, no olvides que la respuesta a la necesidad de las personas está en tus manos; tal vez no se trata de la cura de este virus, pero puedes salvar muchas vidas, lo único que te corresponde es no quedarte callado.
Te animo a dejar el miedo y egoísmo a un lado, no pienses tanto en ti, sino en aquellos que no conocen a Dios y se están perdiendo; podrías dar un giro en su camino, salvar sus vidas y sus familias, en su tiempo te lo agradecerán. Si aún no sabes cómo compartir el mensaje de salvación puedes escribirnos para que te apoyemos.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.