Siempre hay algo que nos recuerda que no es el final

Siempre hay algo que nos recuerda que no es el final

En muchas oportunidades llegamos al punto en que creemos que todo acabó; sin embargo, siempre hay algo que nos recuerda que no es el final.

Los huesos faltantes

J. Sidlow Baxter habla de un informe que se extendió por toda Asia en que decía que se habían descubierto los huesos de Buda.

Estos supuestos huesos de Buda fueron presentados en desfiles por las calles de la India, y  millones les rindieron homenaje.

Un misionero cristiano estaba contemplando a la gente que se postraba ante los huesos. Finalmente dijo a un amigo:

– Si pudieran hallar un solo hueso de Jesucristo, el cristianismo se desmoronaría del todo y desaparecería, pero, gracias a Dios, no podrán encontrarlos, pues se hallan a una distancia tal de la tierra, que son totalmente inaccesibles, aún para los más destacados arqueólogos y astronautas.

Porque Él vive

No hay un solo hueso que pueda probar que Jesús está muerto y, por el contrario, la ausencia de ellos nos muestra que Él vive.

La resurrección de Jesús nos recuerda que tenemos esperanza de vida, que Aquel en quien confiamos nos dará la victoria porque los imposibles no existen para Él, incluso venció a la muerte. Su resurrección es la muestra más clara de que no es el final.

Quizás ahora estás atravesando un momento difícil y estás como los discípulos preguntándote qué pasará mañana; posiblemente hoy veas tus circunstancias tan negras como el día que Jesús fue crucificado. Pero recuerda, Él no se quedó en un madero, ¡Él ha resucitado!

Siempre hay algo que nos recuerda que no es el final

Si aún en medio de la adversidad te tomas un tiempo para meditar en las promesas de Dios y mirar hacia atrás, verás que siempre habrá algo que te recuerde que no es el final.

Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa

Hebreos 10:23 (NTV)

Seguramente tuviste otros momentos en tu vida, en los que pensabas que no podías más, que no había nada más que hacer, pero Dios te dio la victoria y estás aquí enfrentando nuevas batallas de las que saldrás vencedor si confías en el Señor y le encomiendas tu causa. Ánimo, recuerda que no importa cuán difícil veas las cosas, para Dios no hay imposibles. ¡Levántate porque no es el final!


El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.

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. El presente se escribió en su totalidad por un ser humano, sin uso de ChatGPT o alguna otra herramienta de inteligencia artificial.

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