A propósito de haber vuelto a incursionar en el medio, hoy he pensado escribir acerca de cómo la radio resiste el arrollador dominio de la tecnología. En efecto, desde hace una semana he retomado el proyecto de hacer un programa nocturno con música y palabras.
Quienes me conocen saben que la música de mi espacio es una que no se escucha por estos rumbos. Y las palabras siguen el tono de este blog. Una pequeña audiencia sigue este experimento que todavía navega por las aguas de lo amateur. Quienes deseen oírlo pueden sintonizarme a las 22 horas (tiempo argentino) en fmlavozamiga.com.ar
Por qué la radio resiste a pesar de todo
Cuando apareció la televisión y más tarde la Internet, mucha gente vaticinó —erróneamente se vio después— la desaparición de la radio y de los libros. Sin embargo, incluso con la aparición de la televisión por cable, luego la satelital y más tarde las plataformas de streaming, nada desapareció.
Una de las posibles razones de por qué la radio resiste es que todavía hay una inmensa cantidad de gente mayor en el mundo, que no creció con aparatos ni sistemas digitales.
Es una generación que todavía vibra y disfruta lo que conoció con lo análogo. Los libros, la prensa y la radio continúan siendo para nosotros los mejores referentes a la hora de buscar información y disfrute audiovisual.
La radio es versátil y está en todas partes
Otra razón puede ser la ubicuidad y la versatilidad de la radio. Todo lo audiovisual requiere de atención enfocada. Hay que tener la mirada cautiva en la imagen. En cambio la radio se puede escuchar mientras se trabaja, se descansa, se viaja.
Finalmente, todavía la radio es la única fuente de contacto con el mundo en sectores remotos, que no son pocos en el mundo y para esas personas ese medio constituye un servicio y una compañía irreemplazables.
La radio resiste por éstas y otras razones que no caben en esta nota.
La imaginación permanece y la radio resiste
Lo bello de los libros y de la radio es que convocan a la imaginación. Cuando uno lee o cuando oye una canción o escucha a alguien hablar, la imaginación está a pleno. Hay que imaginar los lugares, las situaciones, los mundos propuestos por la palabra escrita y por las voces.
La tecnología digital nos entrega todo procesado. Hay que tomar una actitud pasiva y dejar que entren por los ojos y los oídos los productos terminados. Claro, uno puede imaginar después por semejantes estímulos. Pero me parece que no es lo mismo.
En fin, éstos son ensayos conceptuales de comienzo de semana. La radio resiste, yo hago mi programa diario y millones de personas todavía aman y disfrutan la radio. Con eso, nos basta todavía. Podríamos decir, sin temor a hacer el ridículos: “¡Aún tenemos radio, amigas y amigos!”.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.