Muchos hablamos de amar, pero ¿sabes lo que es amar con todo nuestro corazón? Hemos sentido que tenemos el amor en el corazón por su acelerado palpitar cuando estamos con alguien a quien amamos. Sin embargo, debemos amar con todo. Especialmente cuando se trata de amar a Dios.
La mayoría hemos buscado en una relación un amor extraordinario. Queremos enamorarnos locamente y que esa relación sea única, apasionada y perdurable. Por eso han tenido tanto éxito muchas películas de romance. Son exitosas porque nos encanta ver historias hermosas con finales felices.
Podemos aprender a amar con más que el corazón
Pero el amor más grande que podemos conocer no es de las películas, es el de nuestro Creador. Cuando Dios nos hizo a Su imagen ya nos amó. Él siempre ha querido que tengamos una relación apasionada con Él. Que tengamos una relación con respeto, que perdure, y que aprendamos a amarle con todo nuestro corazón y más.
Amar a Dios con todo nuestro corazón, se refiere a conectar la mente, el corazón y el alma para hacer todo lo que le agrada a Dios. Por eso es el primer y más importante mandamiento para todos los que somos cristianos, seguidores de Jesús.
Proyectar el amar con todo
Necesitamos emular el amor de Dios para con nosotros. Tratemos de tener una actitud de compromiso para proyectar ese amor que Él nos da; a través de nuestras acciones y la manera como demostramos amor por los demás. Eso es amar con todo nuestro corazón. Tener una relación con Él en la que estemos completamente involucrados.
Amar con todo nuestro corazón significa dedicarle tiempo, conversar con Él y como en toda relación, darnos a conocer y conocerle. La mejor manera es esa, dedicándole tiempo. Mientras más tiempo invertimos en una relación, tiempo de calidad, de comunicación, más fuerte se hace. Busquemos eso a diario con Jesús. Así aprenderemos lo que es amar con todo.
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