Hay circunstancias en las que no tenemos ganas de hacer ciertas cosas. Sin embargo, hay personas que permiten que la pereza se apodere de su vida y se convierta en parte de sus costumbres. Esto puede parecer insignificante, pero una vez que la pereza ingresa, toma el control de todo a su paso. Para detectar esto, aquí hay algunas señales que te ayudarán a corregir este comportamiento a tiempo:
1. Te gusta dormir y te cuesta levantarte:
“Tanto duerme el perezoso…” Proverbios 19:15 (TLA)
Puede que tengas buenas ideas sobre lo que quieres lograr durante el día, pero pasas la mayor parte de tu tiempo sin hacer nada. Cuando te das cuenta, ya es de noche y has malgastado tus horas en cosas que realmente no valen la pena. Siempre te propones la meta de cambiar esta situación, pero aplazas el momento en que lo harás.
2. No terminas lo que haces:
“El perezoso se queda sin comida...” Proverbios 12:27 (TLA)
Te gusta iniciar proyectos, pero nunca los terminas. Siempre aplazas tus tareas, deberes y responsabilidades y usualmente pierdes oportunidades por tu desgana. Te molesta que los demás tengan mejores cosas que tú, pero nunca te esfuerzas por concluir lo que comienzas.
3. Tu economía no es buena:
“Pero tú, holgazán, ¿hasta cuándo seguirás durmiendo? ¿Cuándo despertarás? Un rato más de sueño, una breve siesta, un pequeño descanso cruzado de brazos. Entonces la pobreza te asaltará como un bandido; la escasez te atacará como un ladrón armado.” Proverbios 6:9-11 (NTV)
Es muy probable que te guste gastar más de lo que tienes. Pones pretextos para no trabajar, pero cuando te das cuenta que no tienes los ingresos que te gustaría tener, optas por tomar una actitud de rechazo y crítica a los demás. Siempre esperas que el dinero provenga de algún lado, pero no quieres trabajar para conseguirlo.
4. Pones excusas para todo:
“El perezoso dice: «No puedo ir a trabajar ahora porque afuera hay un león y puede matarme».” Proverbios 6:9-11 (PDT)
Inventas un sinnúmero de excusas para evitar hacer aquello que no quieres. Muchas veces has justificado tu pereza con “genialidad” y crees que mientras más descanses, estarás desarrollando mejor tus habilidades. La constante frecuencia con que pones excusas te ha convertido en mentiroso, pero como es algo que siempre haces, te parece normal y no consideras que sea algo malo.
5. No te esfuerzas:
“Al que es perezoso hasta comer le cuesta trabajo.” Proverbios 26:15 (TLA)
Te desanimas con facilidad. Si algo no sale de acuerdo a tus planes, renuncias y no lo vuelves a intentar. Cada cosa que haces está hecho de manera mediocre y nunca das el 100% de tu esfuerzo. Piensas que no tienes talento, pero en realidad, es que tu falta de perseverancia te está privando de disfrutar de tu máximo potencial.
6. Eres inmaduro:
“¿En qué se parece el perezoso a la puerta? ¡En que los dos se mueven, pero ninguno avanza!” Proverbios 26:14 (TLA)
Las circunstancias de la vida deberían haberte enseñado a no ser el mismo de ayer; sin embargo, no hay ningún cambio en ti. Te gusta la comodidad de la rutina y no te gustan avanzar hacia cosas nuevas y mejores. Usualmente criticas a quienes procuran el cambio, pero eso solo demuestra tu inmadurez.
7. No te gusta aprender:
“Perezoso, sigue el ejemplo de la hormiga; mira lo que hace y aprende de ella.” Proverbios 6:6 (PDT)
“El perezoso se cree muy sabio; piensa que no hay nadie como él.” Proverbios 26:16 (TLA)
Rechazas cualquier tipo de enseñanza porque crees que nadie tiene nada bueno qué ofrecerte. Eres rápido en dar tu opinión y te enojas si alguien te contradice. En lugar de aprender del éxito de otros, inventas falsas teorías sobre cómo adquirieron lo que tienen y los envidias.
8. Tienes malas relaciones con los demás:
“Los perezosos irritan a sus patrones, como el vinagre a los dientes o el humo a los ojos.” Proverbios 10:26 (NTV)
“El vago y el destructor, ¡hasta parecen hermanos!” Proverbios 18:9 (PDT)
Tu pereza te causa problemas con quienes te rodean. Los demás no confían en ti porque saben que no eres digno de fiar. Debido a tu falta de esfuerzo y porque no terminas lo que haces, todos tus proyectos usualmente terminan en la ruina. Esto te genera mal carácter y arruina tu relación con los demás.
Este artículo fue producido para radio cristiana CVCLAVOZ.