Los deportistas que están participando en los Juegos Olímpicos saben mejor que nadie lo que se requiere para llegar allí. Su participación en las Olimpiadas no es producto de la casualidad o la improvisación; sino que es un reflejo de años de esfuerzo y trabajo.
En su carta a los Filipenses, Pablo compara a la vida del cristiano con la de un deportista:
Hermanos, no considero haber llegado ya a la meta, pero esto sí es lo que hago: me olvido del pasado y me esfuerzo por alcanzar lo que está adelante. Sigo hacia la meta para ganar el premio que Dios me ofreció cuando me llamó por medio de Jesucristo.
Filipenses 3:13-14 (PDT)
Debido a que los cristianos y los deportistas tenemos esto en común, hay lecciones que podemos aprender de los ganadores olímpicos; y de esa manera, inspirarnos para continuar en el viaje que tenemos por delante.
Qué podemos aprender de los ganadores olímpicos
1. Tomar riesgos
El que no es lo suficientemente valiente para tomar riesgos, no logrará nada en la vida.
Muhammad Ali, medallista de oro en box
Quedarnos en nuestra zona de confort es fácil, pues es seguro y nos hemos acostumbrado a ella. No obstante, esto puede privarnos de obtener nuevas experiencias en la vida.
Lo mismo sucede con el evangelismo. Es fácil quedarnos en nuestras congregaciones y relacionarnos únicamente con personas que comparten nuestra fe; pero debemos tomar el riesgo de evangelizar a otros. Incluso las acciones que parecen insignificantes pueden ayudarnos a conectar con las demás personas y compartir el mensaje de Jesús a otros.
2. Estar preparados
Si fallas en prepararte, estás preparado para fallar.
Mark Spitz, ganador de 7 medallas de oro en natación
Algo que debemos aprender de los ganadores olímpicos es su preparación. Ellos pasan años entrenando antes de presentarse a una competición, y saben que durante ese tiempo de entrenamiento tendrán que sufrir y fallar; pero no se rinden.
Contrario a lo que podemos creer, Jesús no nos prometió un camino fácil. En Hechos 14:22 (RVC) dice que «para entrar en el reino de Dios nos es necesario pasar por muchas tribulaciones». Por lo tanto, debemos estar en constante comunicación y comunión con Dios; para que cuando esos momentos lleguen, estemos firmes y no estemos prontos a caer.
3. Nunca debemos rendirnos
“Respira, cree, y batalla”, mi ex entrenador, Troy Tanner, nos decía antes de cada partido. Respira, tienes que estar en el momento. Cree, ten fe en que puedes levantarte por encima de ella. Batalla, tienes que estar preparado para ir el tiempo que sea necesario.
Kerri Walsh, 2 veces medallista de oro en voleibol de playa
Otra lección valiosa que podemos aprender de los ganadores olímpicos es la constancia. No podemos llegar a la meta si es que no avanzamos. Si nos rendimos a medio camino, o abandonamos, nos convertiremos en simples espectadores de los triunfos de los demás.
En la vida del cristiano, este trayecto no es solo por un premio pasajero, sino por uno que durará por la eternidad. Y durante la travesía, Dios promete estar con nosotros.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
Una respuesta
Muy buena la reflexión! Dios es maravilloso.