A veces las comodidades de la vida nos llevan a olvidarnos de Dios, damos por sentado muchas cosas que son puras bendiciones, por eso lo mejor es vivir en dependencia total de Dios, sabiendo que de Él provienen todas las cosas.
Jamás podemos olvidarlo
Hace muchos años, un hombre pobre marchaba de su isla natal en la costa occidental de Escocia, donde no había medios de comunicación por lo que, había visto pocas cosas.
En el barco le contaban acerca de las maravillas que vería en la isla de Mull. La isla de donde él venía llamada San Kilda, era muy poco fructífera y tenían que trabajar mucho para poder sacar fruto de la tierra.
Uno de los pasajeros, le preguntó si había oído hablar de Dios alguna vez. El labriego, un tanto resentido de semejante pregunta, preguntó a su vez a ese compañero de viaje de dónde venía él. El interpelado le respondió con mucho orgullo que él era de una tierra donde la naturaleza daba frutos abundantes y cuyas comodidades ofrecían a las gentes una vida maravillosa.
-Ah, entonces me explico por qué se olvidan de Dios. Nosotros como tenemos que depender de Él, jamás podemos olvidarlo.
¿Tienes dependencia total de Dios?
El peor error que podemos cometer es creernos autosuficientes y depositar nuestra confianza en nosotros mismos, en la gente que nos rodea, en nuestras posesiones o en la tecnología.
Necesitamos ser conscientes de que todo lo que tenemos, lo que somos, es gracias a Dios, a su bondad, misericordia, amor y provisión, nuestra confianza y dependencia total, deben estar en Él.
Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza. Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes y nunca dejan de producir fruto.
Jeremías 17: 7,8 (NTV)
El Señor tiene cuidado de sus hijos y jamás quita la mirada de sus vidas, aunque las cosas no siempre sean como nosotros queremos, aún ahí está en control. Y en ocasiones, Dios usa los problemas, para recordarnos que no somos tan poderosos como pensábamos, que no todo está en nuestras manos y que dependemos de Él, que sus planes son mejores que los nuestros.
Deja de vivir a tu manera y empieza a depender totalmente de Dios, verás que es la mejor decisión que puedes tomar.
Oración del día
Padre amado, gracias porque tu amor y bondad son infinitas, gracias porque sé que tienes el control de mi vida y que todo lo que tengo y lo que soy es gracias a ti. Te pido que me ayudes a tener siempre mi mirada fija en ti, sabiendo que tienes cuidado de mi vida, que mi dependencia hacia ti sea completa. En el nombre de Jesús, amén.
Aplicación
¿En qué momento empezaste a olvidarte de Dios y después te diste cuenta de que dependes totalmente de Él?