Cuando estudiamos la vida de Jesús podemos observar que, generalmente, siempre se mostraba rodeado de gente o de sus discípulos, a veces en las calles, sinagogas, con fariseos, escribas, pero Él tenía una costumbre:
Pero con frecuencia Él se retiraba a lugares solitarios y oraba.
Lucas 5:16 (LBLA)
A pesar del trabajo y el cansancio, la Biblia dice que Jesús tenía una actividad que practicaba frecuentemente y era retirarse a lugares solitarios para orar.
Un lugar solitario para cambiar mi vida
En la mayoría de los casos no seguimos los pasos de Jesús, a veces nos domina el cansancio y preferimos dormir antes que orar; otros asisten a la iglesia y realizan un servicio, pero no tienen un tiempo de oración personal, por lo que continúan con su mismo carácter, sin paciencia ni dominio propio, con orgullo y sin crecimiento de amor; porque no están a solas con Dios.
A pesar de ser un cristiano que lee la Biblia, predica y sirve, necesitas un tiempo a solas con el Señor para ser cambiado. Solamente en ese lugar solitario tu corazón será trabajado, recibirás luz para ordenar tu vida, también serás fortalecido y consolado. Jesús era un ejemplo a seguir y nos llama a tener intimidad con Dios.
A solas le podré mostrar mi amor
Te animo a recuperar tu tiempo para estar solas con Dios. Por supuesto que es bueno estar con los hermanos de la iglesia, orar en familia, pero nunca pierdas ese lugar solitario; recuerda que Jesús oraba con las multitudes y sus discípulos pero, asimismo, siempre estaba en la intimidad con su padre.
Prepara un lugar lejos de distracciones en tu casa, sugiero que no haya internet, solamente tú y Dios, donde puedas abrir tu corazón con confianza, llorar ante su presencia, confesar tus pecados, alabarle y exaltarle a solas, pedirle guía y sabiduría para enfrentar los problemas.
También quisiera recordarte una hermosa composición de Jesús Adrián Romero sobre este tema, «Es por su gracia», para que puedas alabar su nombre: “Cuando nadie me ve en la intimidad, donde no puedo hablar más que la verdad; donde no hay apariencias, donde al descubierto queda mi corazón. Allí soy sincero, allí mi apariencia de piedad se va, allí es tu gracia lo que cuenta, tu perdón lo que sustenta para estar de pie…”
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.