Es cierto que la mayoría de nosotros tenemos aspiraciones y buscamos mejorar nuestras condiciones económicas. A todos nos gusta más la comodidad que la incomodidad. Sin embargo, aunque somos cristianos, podemos perder el enfoque correcto o la perspectiva sobre la riqueza.
Nos ponemos metas para incentivarnos y motivarnos, nos esforzamos en lograr nuestros objetivos; es lo que nos mueve a diario a perseverar. Y no es malo tener aspiraciones y esforzarnos, pero hay ocasiones en que tendremos que escoger entre la comodidad y los valores. Es una mejor perspectiva sobre la riqueza.
Fue por la fe que Moisés, cuando ya fue adulto, rehusó llamarse hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los placeres momentáneos del pecado. Consideró que era mejor sufrir por causa de Cristo que poseer los tesoros de Egipto, pues tenía la mirada puesta en la gran recompensa que recibiría. Hebreos 11:24-26 (NTV)
Le sucedió a Moisés. Tenía un corazón noble y cuando vio la manera como maltrataban a los judíos, comenzó a tener otra perspectiva; y aunque él lo tenía todo, prevaleció el deseo de justicia. Tuvo que escoger y en ese caso escogió dejar toda la riqueza que lo rodeaba para cumplir con su propósito.
No fue fácil la asignación que Dios le dio. Su primera respuesta, no fue que estaba totalmente dispuesto. Al contrario, no se sentía preparado. Pero confió en Dios, tal como debemos confiar nosotros. Y aunque el resto de su vida no fue cómoda y recibió críticas y quejas de todos, estaba enfocado en la promesa de Dios.
No fue fácil ni cómoda la nueva perspectiva sobre la riqueza, pero valió la pena
Dios le prometió bendecirlo con abundancia y darle una descendencia impresionante. Y al haber esperado pacientemente, alcanzó la promesa de Dios. No llegó a vivir en la tierra prometida, pero la vio a la distancia y supo que su propósito se había logrado. Llegó a tener una mejor perspectiva sobre la riqueza.
Y nosotros también debemos estar claros en que nuestros objetivos, metas y logros, no deben ser tanto lo material, que se gasta y se daña; más bien debemos buscar riquezas espirituales para prepararnos a pasar la eternidad con Dios. Moisés supo que estaría con Dios al morir.
Así que no se preocupen por todo eso diciendo: “¿Qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿qué ropa nos pondremos?”. Esas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos, pero su Padre celestial ya conoce todas sus necesidades. Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten. Mateo 6:31-33 (NTV)
Oración del día
Bendito y adorado Dios, vengo a agradecer todo tu amor, tu bondad, esa gracia sin igual que nos has dado, aun siendo pecadores. Bendito Dios, gracias por dejarnos saber que todo aquello que nos angustia en esta vida, el logro de cosas materiales, no nos debe mortificar. Tú nos provees de todo lo que necesitamos y más bien nos debemos esforzar en lograr las riquezas espirituales.
Acercarnos cada día más a Ti. Ayúdame a hacerlo siempre, y confío en Ti para todo lo que necesito. Que sea siempre Tu voluntad en mi vida, amén y amén.
Aplicación
¿Con cuáles deseos de riquezas luchas a diario y te esfuerzas por conseguir?