Y si Dios no responde ¿por qué seguir orando?, esa es una de las preguntas que quizá te hiciste en estos tiempos.
Porque por más que intentes hacer lo que está en tus manos, no todas las respuestas son las que tú esperas.
¿Alguna vez lloraste por algo hasta que se te acabaron las lágrimas?
No es fácil enfrentar situaciones dolorosas en las que no parece haber esperanza alguna. Porque a pesar de que intentes hacer de todo para salir adelante, nada funciona, te sientes tan agotado, que decidiste dejar de orar, de creer en alguien que “ignora tu clamor”.
Déjame decirte que no eres el único, hay alguien en la Biblia que también experimentó lo mismo, ella se sintió tan frustrada por su esterilidad que hasta se rehusaba a comer.
Clamó ante el Señor con amargura en su alma, sus lágrimas caían por sus mejillas, pero Dios parecía estar distante a su oración. Posiblemente hoy te sientas así.
¿Será que Dios me abandonó?
Tal vez esto pasó por tu mente, pero no es cierto, eso es lo que el enemigo intenta hacerte creer, y lo que hizo con muchos para evitar que conozcan el poder de Dios sobre sus vidas.
Pero a pesar del dolor que había en el corazón de Ana, ella no se rindió ante la situación sino ante un Dios de amor, misericordia y compasión; quien contestó su oración, aunque no haya sido en el tiempo que ella deseaba.
¡Ten paciencia! ¡no te rindas! ¡sigue clamando!Dios en su misericordia responderá a tu necesidad.
¿Y si Dios no responde?
Esa es una mentira que el diablo creo para desviarte de los propósitos de Dios. Él no hizo esperar a Ana para castigarla; no fue indiferente ni insensible a su llanto. Y tampoco te está ignorando en tu espera.
Por esta razón, en medio de la situación que te encuentres, hoy te animo a aferrarte a Dios,porque esto determinará el triunfo o el fracaso; si te agarras de sus promesas, orarás conforme a ellas,y con toda garantía tendrás la fuerza para enfrentar cualquier situación por más imposible o difícil que parezca, porque tu confianza estará puesta en el Dios de tu salvación.
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Hebreos 4:16 (RVR1960)
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.