Cuentan que dos niñas se encontraban jugando juntas, contando sus monedas.
-Yo tengo 5 centavos.
-Yo tengo 10 – respondió la otra.
-No, tú tienes 5 centavos como yo.
-Pero – replicó rápidamente la segunda- mi padre me ha dicho que cuando llegue a casa esta noche me dará los cinco centavos.
¿Tienes la fe de la niña? ¿Crees lo que tu Padre te ha dicho?
Cuando vienen las pruebas y la incertidumbre y el temor inundan nuestros corazones, es bueno recordar las promesas que Dios no hizo. Él ha prometido proveer para nuestras necesidades (Mateo 6:26), sanarnos (Jeremías 33:6), ser nuestro Escudo (Salmos 33:20), nuestra Roca eterna (Isaías 26:4), Padre de huérfanos y defensor de viudas (Salmos 68:5), Él es el Juez justo, nuestro estandarte y tantas cosas más; la Biblia está llena de hermosas promesas para nosotros.
Deja de ver con tus ojos humanos y confía en las promesas de Dios, recuerda que Él no es hombre para mentir, el Señor no cambia de opinión.
Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?.
Números 23:19 (RVR1960)
Todo el mundo está sufriendo las consecuencias de la pandemia y el futuro puede ser incierto, pero si sólo te enfocas en eso no ganarás nada, por el contrario, perderás la paz y el gozo que el Señor te ofrece.
Aprendamos a ser como la niña, que sin ver tener esos 5 centavos que su padre le había ofrecido, ya los contaba como un hecho porque creía en él. ¿Qué te prometió Dios? Aprópiate de sus promesas y confía en Él.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.