La culpa en la maternidad suele ser la razón de muchas angustias. Hoy puedes trabajarla desde una nueva perspectiva y así impedir que te aplaste. Entonces, ¿qué puedo hacer cuando nos sentimos culpables?
La culpa en la maternidad es la sensación de que no estamos haciendo el trabajo de madre como deberíamos hacerlo. El conflicto surge porque no hay una manera universal que diga cómo debería hacer las cosas. No hay una definición de buena maternidad. Entonces empezamos a crear expectativas inalcanzables e incoherentes.
Incoherentes porque vamos juntando estándares y tomando el ejemplo de distintas madres que vemos en nuestro camino, sobre todo aquellas que vemos en redes sociales. Lo que esto genera es pretender tomar el éxito de alguien más y querer replicarlo en nuestra casa. Si solo fuera un ejemplo que nos sirve y nos ayuda a mejorar, sería muy bueno. Pero a ese éxito que vimos le sumamos el de otra persona, y de un momento a otro nuestra expectativa es tener éxito en el 100 % de las actividades o sino estamos haciendo todo mal.
Con esta expectativa elevada e irreal nos empezamos a condenar por no dar con el estándar. Lo que no vemos es que detrás del éxito de alguien también hay un montón de cosas que no les salieron como ellas querían. Pero nosotras solo vemos el momento en donde están triunfando y siendo super mamás.
Depende de la perspectiva
Hay días que nos levantamos y sentimos que podemos con todo. Esos días en los que nos tomamos el café caliente, hacemos ejercicio, trabajamos, jugamos con nuestros hijos y demás. Pero hay otros que sentimos que no podemos ni salir de la cama. Pero claro que eso no es una opción.
Normalmente en esos días en que vemos todo gris, solemos darle lugar a pensamientos negativos y nos agarra la culpa. Los días en los que sentimos culpa en la maternidad es cuando sentimos que no llegamos con nada. Cuando estamos abrumadas.
Hay muchos motivos por los cuales podemos sentir culpa
Puede que tengamos culpa cuando:
- Dejamos al niño en la cuna para ir al baño.
- Sabemos que es la hora de la siesta y en vez de llevarlo a dormir estamos intentando de comer algo rápido.
- No trabajamos y nuestros esposos son los que tienen que traer todo el ingreso.
- Trabajamos y tenemos que dejar a nuestros hijos.
- No podemos o queremos amamantar.
- Perdemos la paciencia con nuestros hijos.
- Tomamos un tiempo para nosotras.
Y muchas cosas más. De alguna manera, podemos sentirnos comprendidas cuando sabemos que todo el mundo puede sentir culpa en la maternidad.
Según un estudio realizado por la organización Americana, Farm Rich, los padres sienten culpa 23 veces por semana. Claro que saber que a otros le pasa tal vez nos ayude a no sentirnos solos, pero no nos ayuda a sentirnos mejor.
¿Qué puedo hacer con la culpa que siento?
1. Recordar mi motivación
¿Para qué estoy haciendo lo que estoy haciendo?
Cuando vuelvo a pensar en mi propósito y el motivo por el cual estoy haciendo lo que hago, entonces puedo enfocarme en que es por un bien común y no por egoísmo o beneficio propio. Esto me ayuda a darle una nueva perspectiva a la culpa que siento en la maternidad.
Por ejemplo, tengo que comer para poder estar saludable para poder cuidar a mi hijo. O en este momento no estoy trabajando porque estoy cuidando de mi hijo.
Si hoy en día no tienes claro tu motivación, toma un tiempo para reflexionar en esta pregunta. El amor es el motor detrás de nuestros compromisos. Si tengo claridad en mi propósito, esto me ayudará a gozarme en la actividad porque sé que me acerca a mi futuro deseado.
2. Deja de compararte
Al momento de pensar en cómo llevar adelante tu maternidad, pregúntate qué es lo que tus hijos necesitan.
Toma tiempo para pensar cuáles son las expectativas que te estás poniendo como madre. Busca que estas expectativas estén basadas en el amor por tus hijos y no en un resultado externo. Es decir, busca hacer cosas que sirvan para tus hijos dada las necesidades particulares de cada uno de ellos.
Lo que funciona para otra persona puede no funcionar para ti. Apela a tu instinto materno y sabrás qué consejos tomar y qué consejos dejar.
3. Busca el aprendizaje
La culpa en la maternidad puede servirme para impulsarte a mejorar. Pregúntate: ¿qué puedo aprender de esto que me está generando culpa? ¿Hay algo que pueda cambiar para no sentirme así?
Por ejemplo, si siento culpa no poder cocinar comidas en casa para mi familia porque no me alcanza el tiempo, puedo aprender a cocinar comidas rápidas para que por lo menos 3 veces a la semana tenga comidas hechas en casa.
Si lo que me genera culpa es que le grité a mis hijos, entonces puedo buscar trabajar en mis emociones para relacionarme mejor con las presiones del día a día.
Reflexiona en qué áreas puntuales puedes trabajar para poco a poco ir cambiando la narrativa de tus pensamientos. La clave está en empezar de a poco y mantenerte firme.
Un día a la vez
La maternidad está llena de emociones y la culpa es una de las más protagónicas. Aplica estos tres tips para que no te consuma la culpa en la maternidad sino que te impulse a ser la mejor mamá que puedes ser.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.