Aunque no se puede determinar un tiempo exacto en el que se comenzó la difusión de imágenes sexualizadas, hay registros históricos que demuestran que existían desde tiempos prehistóricos. Esto significa que en los tiempos bíblicos ya existía cierta forma de pornografía.
En la Biblia no hay una referencia específica de la pornografía, pero sí podemos encontrar pasajes que se centran en la inmoralidad sexual. En aquella época, las prácticas sexuales desviadas (Romanos 1:26-27) eran una práctica común y prácticamente aceptada en la sociedad. Sin embargo, el pueblo de Dios siempre se caracterizó por diferenciarse del resto, y por eso no eran parte de esas actividades.
Por ejemplo, en el tiempo de Pablo podemos ver que algunos creyentes estaban adoptando la inmoralidad sexual como normal y hasta compatible con el cristianismo; no obstante, Pablo les llamó la atención para que no fueran como los demás y mantuvieran sus cuerpos santos para Dios (1 Corintios 6).
Esto nos demuestra que la inmoralidad sexual ha existido desde siempre, pero eso no significa que podemos practicarlo libremente. Y ese mismo principio se aplica para cualquier forma de pecado sexual, y eso incluye la pornografía.
¿Qué dice la Biblia sobre la pornografía?
La pornografía es pecado
Moisés también dijo: “No sean infieles en su matrimonio”. Pero ahora yo les aseguro que si un hombre mira a otra mujer con el deseo de tener relaciones sexuales con ella, ya fue infiel en su corazón.
Si lo que ves con tu ojo derecho te hace desobedecer a Dios, es mejor que te lo saques y lo tires lejos. Es preferible que pierdas una parte del cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Si lo que haces con tu mano derecha te hace desobedecer, es mejor que te la cortes y la tires lejos. Es preferible que pierdas una parte de tu cuerpo y no que todo tu cuerpo se vaya al infierno.
Mateo 5:27-30 (TLA)
Probablemente una de las enseñanzas más importantes y reveladoras de Jesús fue que el pecado no necesita cometerse para considerarse como tal. En el famoso pasaje de Mateo 5:27-30, Jesús dijo que para pecar era suficiente desear sexualmente a alguien.
Muchas veces creemos que podemos pensar en cometer cualquier acto pecaminoso, y siempre y cuando no los llevemos a cabo. Sin embargo, Jesús dijo que las intenciones de nuestro corazón nos llevan a desobedecer a Dios.
Ahora bien, la pornografía no sería tan atractiva si no causara que las personas encuentren placer viéndola. De hecho, la pornografía tiene el poder de hacer que la persona sienta que es parte del acto sexual; es por ello que algunos se vuelven adictos y sienten satisfacción al consumirla.
La pornografía causa deseo sexual inmoral y por lo tanto pecado. No es necesario ser parte del acto físico para que sea considerado pecado: solo basta con verlo.
Para más información, lee: ¿Es cierto que ver pornografía es pecado?
La pornografía lleva a la idolatría
No tengas ningún otro dios aparte de mí.
Éxodo 20:3 (NTV)
Cualquier cosa que ocupe la mayor parte de nuestro tiempo y mente es un dios. Por eso es que Dios pide que Él sea el único que gobierne sobre nuestras vidas.
En el caso de la pornografía, se sabe que —al igual que otro tipo de actividad que genere placer— puede volverse adictiva. Y una adicción hace que la persona solo piense en el objeto de su deseo; por lo tanto, se convierte en un dios.
En la Biblia dice que Dios es celoso y no tolera que nuestro corazón esté plagado por el deseo a otros:
No te hagas ninguna clase de ídolo ni imagen de ninguna cosa que está en los cielos, en la tierra o en el mar. No te inclines ante ellos ni les rindas culto, porque yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, quien no tolerará que entregues tu corazón a otros dioses. Extiendo los pecados de los padres sobre sus hijos; toda la familia de los que me rechazan queda afectada, hasta los hijos de la tercera y la cuarta generación.
Éxodo 20:4-5 (NTV)
Si, como dice Filipenses 4:8, pensáramos en todo lo «verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre», entonces no estaríamos pensando en los actos sexuales inmorales. La pornografía no nos lleva a alabar a Dios, sino a satisfacer nuestros deseos carnales; y por tal razón nos lleva a reemplazar a Dios con la pornografía.
La pornografía evita que alabemos a Dios con nuestros cuerpos
Ustedes dicen: «Se me permite hacer cualquier cosa», pero no todo les conviene. Y aunque «se me permite hacer cualquier cosa», no debo volverme esclavo de nada. Ustedes dicen: «La comida se hizo para el estómago, y el estómago, para la comida». (Eso es cierto, aunque un día Dios acabará con ambas cosas). Pero ustedes no pueden decir que nuestro cuerpo fue creado para la inmoralidad sexual. Fue creado para el Señor, y al Señor le importa nuestro cuerpo. Y Dios nos levantará de los muertos con su poder, tal como levantó de los muertos a nuestro Señor.
¿No se dan cuenta de que sus cuerpos en realidad son miembros de Cristo? ¿Acaso un hombre debería tomar su cuerpo, que es parte de Cristo, y unirlo a una prostituta? ¡Jamás! ¿Y no se dan cuenta de que, si un hombre se une a una prostituta, se hace un solo cuerpo con ella? Pues las Escrituras dicen: «Los dos se convierten en uno solo». Pero la persona que se une al Señor es un solo espíritu con él.
¡Huyan del pecado sexual! Ningún otro pecado afecta tanto el cuerpo como este, porque la inmoralidad sexual es un pecado contra el propio cuerpo. ¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, quien vive en ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se pertenecen a sí mismos, porque Dios los compró a un alto precio. Por lo tanto, honren a Dios con su cuerpo.
1 Corintios 6:12-20 (NTV)
Cuando vemos qué dice la Biblia sobre la pornografía, es importante ver que atenta contra nuestros cuerpos y la relación que tenemos con Dios.
Jesús murió por nosotros y, por lo tanto, nuestros cuerpos ya no nos pertenecen porque Él pagó por ellos con Su sangre y sacrificio. Nosotros somos parte de la Iglesia, la esposa de Cristo, y Él no puede unirse con quien usa su cuerpo para sus deseos carnales.
Pablo dice que de todos los pecados, el pecado sexual es el que más afecta al cuerpo; y que si queremos honrar a Dios con nuestros cuerpos, debemos huir de dichas tentaciones.
Aunque parece que la pornografía es una forma inofensiva de entretenimiento, en realidad atenta contra nuestros cuerpos y también nuestro espíritu. Si realmente queremos tener una relación cercana con Jesús, no podemos permitir que distracciones como la pornografía nos hagan alejarnos de Él.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.