En la Biblia encontramos ejemplos de cómo la hipocresía puede apoderarse de las personas, hasta el punto de convertirse en un estilo de vida. Por ejemplo, en la actualidad es casi difícil separar las palabras fariseo e hipocresía. Esto nos enseña que la hipocresía, al igual que cualquier otro comportamiento negativo, puede tener un efecto dañino en nuestra vida espiritual.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, hipocresía es:
Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.
Y a continuación veremos qué comportamientos pueden considerarse como hipocresía, según algunos ejemplos que encontramos en la Biblia.
¿La hipocresía es pecado?
La hipocresía está ligada con la mentira. Cuando uno finge ser, pensar o decir algo que no es, entonces está mintiendo. Por lo tanto, al ser hipócritas estamos pecando.
Además, en la Biblia encontramos que a Dios le desagrada la mentira.
Al Señor le repugnan los labios mentirosos; pero le agradan los que dicen la verdad.
Proverbios 12:22 (RVC)
Y como cualquier otro pecado, nos aleja y nos separa de Dios. Solo cuando nos arrepentimos, pedimos perdón y cambiamos nuestra manera de pensar y de vivir es que podemos ser libres de esas conductas.
Para más información, leer: ¿Qué dice la Biblia sobre la mentira?
Qué es la hipocresía, según la Biblia
Es poner mandamientos o leyes de parte de Dios que no están en la Biblia
El Espíritu Santo dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe, les harán caso a espíritus que mienten y seguirán enseñanzas de demonios. Esas enseñanzas llegan a través de mentirosos quienes con sus palabras falsas engañan a la gente. Ellos no saben la diferencia entre el bien y el mal. Es como si su entendimiento hubiera sido quemado con hierro candente. Dicen que es prohibido casarse y que algunos alimentos no se deben comer, pero Dios creó esos alimentos. Los que son creyentes y conocen la verdad saben que pueden comerlos dando gracias a Dios.
1 Timoteo 4:1-3 (PDT)
La única fuente que tenemos para guiar nuestras vidas es la Biblia. Pero a medida que ha pasado el tiempo, las personas han añadido mandamientos que no están en ella. Esto no es nuevo porque en la época de Pablo ya se daba. Es por este motivo que escribió a Timoteo para advertirle que habían falsos predicadores que enseñaban algo contrario a lo que Dios había establecido.
Este comportamiento no parece constituir como hipocresía, pero lo es porque creaban estas normas bajo el pretexto de hacer el bien. Esto es lo mismo que hacían los fariseos en el tiempo de Jesús, por lo que Él mismo advirtió a sus discípulos que se cuiden de no ser como ellos (Marcos 8:14-21).
Es decir o hacer algo cuando nos conviene
Si alguno dice que ama a Dios, pero odia a su hermano, es un mentiroso. Porque si no ama a su hermano, a quien puede ver, mucho menos va a amar a Dios, a quien no puede ver.
1 Juan 4:20 (PDT)
Somos hipócritas cuando hacemos algo a medias, en situaciones que nos convienen. En el versículo anterior en 1 Juan hay un ejemplo claro. Decir que amamos a Dios a la vez que odiamos a nuestro prójimo es una forma de hipocresía porque solo amamos cuando nos resulta más beneficioso y fácil.
De igual forma, la hipocresía puede estar presente en nuestra vida en diversas áreas y no solo en el ámbito espiritual. Y cuando lo adoptamos como una costumbre, se vuelve parte de quiénes somos y nos aleja de las personas que nos rodean y de Dios.
Es imponer algo que nosotros mismos no cumplimos
¿Por qué te fijas en lo malo que hacen otros, y no te das cuenta de las muchas cosas malas que haces tú? Es como si te fijaras que en el ojo del otro hay una basurita, y no te dieras cuenta de que en tu ojo hay una rama. ¿Cómo te atreves a decirle a otro: “Déjame sacarte la basurita que tienes en el ojo”, si en tu ojo tienes una rama? ¡Hipócrita! Primero saca la rama que tienes en tu ojo, y así podrás ver bien para sacar la basurita que está en el ojo del otro.
Mateo 7:3-5 (TLA)
Somos hipócritas cuando juzgamos a otros por errores o pecados que nosotros también cometemos. Siempre es más sencillo criticar a otros que ver nuestras propias fallas. Sin embargo, la Biblia dice que solo Dios tiene el papel de juez.
Tal vez crees que puedes condenar a tales individuos, pero tu maldad es igual que la de ellos, ¡y no tienes ninguna excusa! Cuando dices que son perversos y merecen ser castigados, te condenas a ti mismo porque tú, que juzgas a otros, también practicas las mismas cosas. Y sabemos que Dios, en su justicia, castigará a todos los que hacen tales cosas.
Romanos 2:1-2
Por tal razón, Jesús hizo un énfasis especial en el amor y la compasión. Podemos ser hipócritas en alguna circunstancia, pero no debemos permitir que esta se apodere de nuestra vida.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.