Jesús murió por todos los pecados de la humanidad, es decir, Su sacrificio es suficiente para pagar todas nuestras faltas y los pecados del mundo entero. Sin embargo, la salvación es personal.
Hay un camino para la salvación y es por la fe en Cristo Jesús. La Biblia dice que no hay salvación en ningún otro, que la salvación es a través de Jesucristo. Él es el camino, la verdad, la vida; nadie puede ir al Padre, sino es por Él.
«¡En ningún otro hay salvación! Dios no ha dado ningún otro nombre bajo el cielo, mediante el cual podamos ser salvos.»
Hechos 4:12 (NTV)
La salvación es individual
La salvación llega a una persona cuando se arrepiente, cree y acepta a Jesús como su Salvador. No es algo que una persona puede hacer por otra, por ejemplo: creer en Jesús no es algo que un esposo puede hacer por su esposa o hijos. La salvación es personal y por gracia.
«Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios.»
Efesios 2:8 (NTV)
El crecimiento espiritual es personal
No importa la sociedad, la cultura o la época en la que nos encontremos, la salvación sigue siendo personal y dependerá mucho de nuestro crecimiento espiritual.
En medio de una sociedad inmoral, Noé decidió vivir para agradar a Dios (Génesis 6:9).
Samuel, aunque estaba rodeado de personas pecadoras que no le tenían respeto a Dios, decidió crecer para agradar a Dios. (1 Samuel 2:12-21).
Jesús vino a una sociedad perdida y sin esperanza. Sin embargo, creció para agradar a su Padre. Aunque la gente decía: «¿De Nazaret puede salir algo de bueno?» (Juan 1:46). Y Él, demostró que se puede vivir para agradar a Dios y de una manera diferente.
No importa de qué nacionalidad seamos o qué gobierno tengamos, debemos crecer espiritualmente para agradar a Dios.
La salvación es personal; por lo tanto, si algunos no oran, tú hazlo. Si otros no van a la iglesia, tú hazlo. Si muchos no le dan importancia a la Palabra de Dios, tú hazlo.
Cada uno será juzgado delante de Dios
Sabemos que piensas en todos tus seres queridos, pero debes pensar en que tu propia vida le agrade a Dios con tus pensamientos ya cciones. Al final, cada uno de nosotros estaremos delante de Dios para rendir cuentas de lo que hagamos en este mundo.
«Pues todos tendremos que estar delante de Cristo para ser juzgados. Cada uno de nosotros recibirá lo que merezca por lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en este cuerpo terrenal.»
2 Corintios 5:10 (NTV).
Empieza, a partir de hoy, a crecer espiritualmente para agradar a Dios y que nada ni nadie te haga descuidar la salvación tan grande que tenemos.
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