El ejercicio de la fe no es una cosa menor. Ha sido afectada, sin embargo, por el incremento de las tendencias culturales que promueven la mente positiva y el optimismo a ultranza.
Tal vez valga la pena traer a la memoria estas palabras:
Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.
Mateo 17:20 (RVR1960)
Por eso digo que la fe no es cosa menor. Hoy casi no se ven semejantes ejemplos de fe. Esas “obras mayores” que Jesús dijo que haríamos, incluso mayores a las que él mismo hizo, no se ve que ocurren a diario. El ejercicio de la fe no parece ser algo común.
Sin embargo, la gente cree que tiene mucha fe
Fue mujer nuestra primera hija. Cuando mi esposa estuvo por segunda vez embarazada, un querido hermano de nuestro grupo cristiano me dijo: “Su segundo hijo será varón”. Me lo dijo con ese acento que ciertos creyentes usan para darte a entender que te están dando una palabra de Dios. Cuando nació Paula y se lo comenté al hermano, me miró un poco azorado y me dijo entre dientes: “Amén, que Dios le bendiga” y nunca más me dio ninguna profecía.
Entonces yo me pregunté si el querido hermano creyó realmente que Dios le había dado una palabra de fe. La otra posibilidad es que Dios haya cambiado de pensamiento después de habérsela dado. Tal vez él creyó que tenía mucha fe. Pero en realidad no era más que un pensamiento de buenos deseos; “wishful thinking” llaman a eso en inglés. Eso, en estricto rigor, no es el ejercicio de la fe.
Buenos deseos son mejores que profecías incumplidas
Debo decir con mucho cuidado aquí que muchas personas me aseguraron en fe que mi operación por cáncer al colon iba a dar por finalizado el asunto, que no seguiría nada más. Ayer mi cirujano me dijo que había alguna metástasis y había que hacer quimioterapia post cirugía.
¿Qué pasó aquí? Yo creo que la fe está subestimada. Se cree que pensar intensamente en algo, lo va a hacer realidad. Incluso creer que orando intensamente va a acontecer.
Pero la fe es otra cosa. No conozco toda la profundidad de las palabras de Jesús pero dice que la fe del tamaño ¡de un grano de mostaza! tiene poder para mover montañas. Como no se ven muchas montañas moviéndose, deberemos concluir que el verdadero ejercicio de la fe no es algo tan sencillo como solemos creer.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.