Pues estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni las potestades, ni lo presente, ni lo que vendrá en el futuro, ni poderes espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada podrá separarnos del amor de Dios que se encuentra en nuestro Señor Jesucristo.
Romanos 8:38-39 (RVR1960)
Nada puede separarnos del amor de Dios y eso incluye nuestras emociones. Al contrario, pueden acercarnos más a Él. Una de esas emociones es la ansiedad. Recordemos que lo que no nos destruye, nos fortalece y nos hace crecer espiritualmente.
Estamos viviendo tiempos duros y críticos que han generado en las personas crisis, desgano, depresiones y sobre todo ansiedad. Esto representa un gran desafío para el alma, generando batallas internas muy profundas.
Cómo nace la ansiedad
La ansiedad se caracteriza por pensar mucho en el futuro de manera negativa. Te preocupas en exceso, tienes temores, inseguridades, una sensación de nerviosismo e incertidumbre. Los síntomas más comunes pueden ir desde mareos, náuseas, dolores estomacales, sudoración, dolores en el pecho, taquicardia, intranquilidad, insomnio, despersonalización, dolores de cabeza, dolores de espalda y pobre concentración.
Pero la ansiedad no tiene que ser un lugar de permanencia. Es un lugar de trascendencia. No es una zona para quedarse a acampar. Es una zona desde la que podemos ser catapultados. Esto quiere decir: trascender de una manera gloriosa.
Realmente lo importante aquí es primero que entiendas cómo funciona la ansiedad; luego trabajar en las causas (pensamientos distorsionados y creencias) no en las consecuencias (emociones negativas y síntomas físicos). Debes tomar conciencia de quién eres tú realmente, a aprender a tener un diálogo con el Espíritu Santo, de que generes nuevos hábitos y de que hagas conductas distintas para generar resultados diferentes.
Secretos para el manejo de la ansiedad
Estos son algunos consejos que te ayudarán en el manejo de la ansiedad.
- Divide el tiempo de manera adecuada.
- Presenta tus peticiones a Dios.
- Concéntrate en el día de hoy.
- No te pongas expectativas demasiado altas.
- Suspende la idea de que tienes que ser perfecto.
- No trates de controlar a los demás.
- Adopta el buen sentido del humor.
- No te tragues las cosas que no te gustan.
- Deja de rescatar a otros todo el tiempo.
- Cambia tu mentalidad.
La Biblia dice:
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Filipenses 4:6 (RVR1960)
Tu manera de vivir solo cambiará cuando cambies tu manera de pensar. Para que el cambio ocurra, deberás sustituir tus pensamientos por otros mejores. Cuando cambies tu manera de pensar, tu forma de actuar cambiará también. ¡Los resultados son maravillosos!
En 20 años atendiendo pacientes que sufren de ansiedad, han sido muchas las veces que he tenido que preguntar: «Si tu problema tiene solución, ¿por qué te preocupas? Si no tiene solución, ¿por qué te preocupas?» La pre-ocupación te impide disfrutar las bendiciones presentes. Planificar para el futuro es bueno. Pre-ocuparte por el futuro, solo te producirá ansiedad.
Cuando las circunstancias fallan y nuestras emociones titubean, fijemos la mirada en Jesús. Aún cuando no entendamos lo que nos está pasando, Él es digno de nuestra confianza. Cristo dijo:
No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí.
Juan 14:1 (RVR1960)
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
2 respuestas
Excelente articulo, para poner en practica en estos tiempos de mayor ansiedad, gracias y bendiciones!
Muchas gracias Daniel. Si crees que es de ayuda compártelo para apoyar a otros también. Y gracias por el comentario.