La humildad es una virtud que debemos cultivar porque la Biblia dice que Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes (Santiago 4:6). Y si vemos a lo largo de la historia, no hay nadie más humilde que Jesús. Él estuvo dispuesto a sufrir por nosotros y soportó toda clase de abusos y rechazo con tal de cumplir con su propósito.
De su ejemplo de vida podemos aprender mucho; por eso debemos examinar sus hechos e imitar lo que hizo.
Para ser humilde como Jesús…
Muestra agradecimiento en todo
Den gracias a Dios en cualquier circunstancia…
1 Tesalonicenses 5:18 (TLA)
Una práctica que nos mantiene humildes es la gratitud. Cuando agradecemos, por más que estemos pasando por momentos difíciles, recordamos todo lo bueno que viene de Dios, y eso nos mantiene humildes.
Hay mucho que no podemos controlar, pero agradecer hasta por las cosas malas nos ayuda a ver que Dios sabe más que nosotros y permite que las cosas pasen por una razón.
Ora y pide perdón
Amigos, yo entiendo que lo que ustedes y sus líderes le hicieron a Jesús fue hecho en ignorancia; pero Dios estaba cumpliendo lo que los profetas predijeron acerca del Mesías, que él tenía que sufrir estas cosas. Ahora pues, arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios para que sus pecados sean borrados.
Hechos 3:17-19 (NTV)
En la Biblia encontramos que si oramos y nos arrepentimos de corazón, Dios puede perdonarnos. Reconocer nuestros pecados y arrepentirnos con regularidad es una forma de mantener la humildad. Jesús no pecó, pero siempre oraba a Su Padre y se mantenía en comunicación constante con Él. De igual forma, nosotros debemos tener una estrecha relación con Dios para no permitir que el orgullo se apodere de nuestros corazones.
No busques venganza ni atesores rencor
Luego le escupieron a Jesús en la cara y le dieron puñetazos. Otros le daban cachetadas y decían:
Mateo 26:66-68 (PDT)
—¡Demuéstranos que eres profeta, Mesías, dinos quién te pegó!
Jesús dijo: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Y los soldados sortearon su ropa, tirando los dados.
Lucas 23:34 (NTV)
Jesús, siendo Dios, podía eliminar a sus enemigos con una sola palabra o hacer que los que le maltrataban agonizaran de dolor. Pero no lo hizo. Él prefirió responder con amor e incluso pidió perdón a cuenta de ellos.
Jesús nos dijo que en el mundo tendríamos aflicción, así que es de esperar que nos sucedan cosas negativas. Pero Él también nos prometió estar con nosotros hasta el fin del mundo y nos da Su paz para tener tranquilidad en medio de la aflicción. Así que, si te han hecho daño, no busques venganza, sino practica la humildad y perdona de corazón.
Escucha con atención
Jesús, entonces, se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando ya lo tenía cerca, le preguntó:
Lucas 18:40-41 (BLP)
— ¿Qué quieres que haga por ti?
El ciego contestó:
— Señor, que vuelva a ver.
Mucha gente se acercaba a Jesús para contarle sus problemas y pedirle ayuda. Él siempre se daba el tiempo de escucharles con atención y por eso mucha gente le seguía. Su actitud amigable hizo que ganara muchos seguidores. Escuchar con atención hace que el enfoque no esté en ti sino en los demás. Por eso, si quieres ser humilde como Jesús, escucha al resto y no solo los oigas.
No abuses de tu posición o estatus
El que se crea superior a los demás, será puesto en el lugar menos importante. El que es humilde será puesto en un lugar más importante.
Lucas 14:11 (TLA)
Jesús podía haber pedido que los demás lo obedecieran y cumplieran sus órdenes. Pero Él no lo hizo. Nos dio un ejemplo de humildad al servir a los demás y al no abusar del poder que tenía.
Jesús nos demostró que no importa cuánto tengamos o cuál sea nuestra posición frente a otros, jamás debemos creernos más que el resto.
Sé obediente
Como hombre, se humilló a sí mismo
Filipenses 2:8 (TLA)
y obedeció a Dios hasta la muerte:
¡murió clavado en una cruz!
Jesús se mantuvo humilde porque obedeció a Dios hasta el último momento de su vida. Incluso cuando le pidió que, si era posible, evitara su muerte, luego dijo que prefería que se cumpla la voluntad de Su Padre y no lo que Él mismo quería.
Cuando somos obedientes a lo que Dios nos ordena, nos mantenemos humildes porque conocemos nuestra identidad y no dejamos que el diablo nos engañe con sus mentiras. Por eso es que debemos seguir el ejemplo de Jesús y obedecer en todo tiempo, por más que en ese momento no entendamos el porqué.