No existe un trabajo que sea despreciable o insignificante, todo trabajo es valioso y más aún si lo realizamos para servir a los demás.
Lección aprendida
Hsu Chu venía de una familia muy rica de la China. Entró en el hospital de la Misión Interior de China para prestar ayuda.
El hombre siempre vestía de manera impecable y un día se le pidió que hiciera un trabajo poco elegante: limpiar y dar lustre a unos zapatos. Se sintió ofendido y se negó a hacerlo.
- Ningún caballero haría un trabajo tan bajo – dijo.
El superintendente del hospital tomó los zapatos y los limpió. Hsu Shu miró sin saber qué decir.
- Venga conmigo a mi despacho – le dijo el director.
Entonces le pidió a Hsu Chu que leyera Juan 13. Los ojos se le llenaron de lágrimas al leer el siguiente versículo:
Y, dado que yo, su Señor y Maestro, les he lavado los pies, ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Juan 13:14 (NTV)
- Que Dios me perdone- oró Hsu Chu.
Desde entonces no hubo trabajo, por pequeño, insignificante o despreciable que pareciera que él no aceptara con alegría.
Todo trabajo es valioso y más si se trata se servir a los demás
No existe trabajo que sea despreciable, insignificante o que no aporte a la vida de la sociedad, todos son importantes y todos tenemos un rol que cumplir.
A veces los trabajos más sencillos o humildes son despreciados por la gente, pero son justamente aquellas labores en las que servimos a los otros, las más importantes.
Muchas veces las tareas de servicio no son las mejor vistas o las más valoradas pero sin duda alguna son muy importantes. Nunca menosprecies la labor que se te ha encomendado, eres importante en el rol que te ha sido asignado, cúmplelo con amor.
Recuerda que incluso Jesús no vino a que lo sirvieran, sino que vino a servir y a dar su vida por otros, cuánto más nosotros deberíamos estar dispuestos a servir a nuestros hermanos.
y el que quiera ser el primero entre ustedes deberá convertirse en esclavo. Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos.
Mateo 20:27,28 (NTV)
¿Necesitas un mayor ejemplo?
Oración del día
Padre Amado, gracias por tomarme en cuenta para hacer tu obra, gracias por la tarea que me has encomendado. Te pido que siempre me ayudes a recordar el ejemplo de Jesús y que pueda servir a mis hermanos con alegría y dando lo mejor de mí. En el nombre de Jesús, amén.
Aplicación
¿En qué oportunidad sentiste que tu trabajo no era importante y qué te ayudó a seguir adelante?