La verdad es que llorar es la manera en la que el cuerpo reduce el estrés emocional y lo procesa. Para algunos llorar puede significar debilidad, para otros, fortaleza. Es la manera de expresar nuestras emociones.
Tengamos en cuenta que las emociones son fuerzas que se mueven en nuestro cuerpo y nos llevan a tomar acciones. Por ello, sucede que cuando no las expresamos, esa energía se acumula y muchas veces la manera de salir es a través de las lágrimas. El llorar sigue significando para algunos, debilidad en lugar de fortaleza.
La sociedad ha estigmatizado el expresar tristeza. Cuando alguien llora, la primera reacción de la mayoría es buscar la manera de detener el llanto. Lo que significa es que quieren que dejes de expresar tus emociones llorando porque les hace sentir incómodos. Son los que sienten que llorar significa debilidad.
Ese enfoque nos hace pensar que nuestras emociones son malas. Pero es muy cierto que la mayoría de las personas sienten un gran alivio después de llorar. El llorar puede significar fortaleza y no debilidad, porque es demostrar que disfrutas de tu personalidad emocional. Puede significar fortaleza aunque para otros debilidad.
Hay personas más sensibles que otras y eso no debe ser motivo de rechazo ni de vergüenza. Llorar delante de otros puede significar que no te preocupan las opiniones de los demás o de la sociedad. Y es a través de expresar las emociones, que puede haber transformaciones. Eso es ver llorar como fortaleza.
El no saber expresar nuestras emociones, el guardar el dolor que nos producen ciertas acciones de otros, por no mostrar debilidad no es sano. Es lo que ha llevado a muchos a buscar el no sentir a través de drogas o alcohol. Es más saludable llorar, sentir y dejar que todo salga. Llorar no es debilidad, es fortaleza.
Expresarnos tal como somos puede ser un reto dependiendo de quienes tengamos en nuestro entorno. Pero aceptándonos tal cual somos, logrando reconocer nuestras fortalezas, podremos llorar y mostrar nuestros momentos de debilidad o de emoción sin sentirnos menos por ello.
Para muchos mostrar felicidad es fortaleza y llorar debilidad
La felicidad es una de las emociones más ampliamente aceptadas. Es una señal para muchos, de confianza en si mismos, de seguridad y de éxito. De hecho se pregona que una persona feliz atrae más a otros. Y puede ser cierto, solo que nadie es totalmente feliz todo el tiempo.
Las personas que demuestran tristeza generan en otros la idea de debilidad, inseguridad y falta de confianza en sí mismos. Y encerrar la expresión de las emociones en esa manera de juzgarlas es dañino, poco saludable e injusto.
Lo cierto es que las personas que expresan sus sentimientos son mentalmente más saludables que quienes los reprimen. La expresión de todos nuestros sentimientos, sean de temor, de asco, de alegría o de tristeza significa que somos humanos, por tanto, ¿por qué no vamos a llorar?
Veamos las lágrimas como una desahogo de las cargas negativas de situaciones de la vida. Percibamos el llanto como fortaleza interior que sana y alivia. Sintamos que quienes expresan sus emociones con el llanto no esconden sus emociones y son mentalmente muy saludables.
Por otra parte, también llegamos a llorar de alegría. No hay nada más sublime que llegar a llorar de felicidad. No hay razón alguna para avergonzarnos de las lágrimas. Si alguna vez has llorado de alegría, de felicidad, debes saber que no hay mayor emoción que esa. Que no haya vergüenza en mostrar tus lágrimas.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.