Hoy en día existen muchas religiones y creencias que prometen un sinfín de beneficios, sin embargo, solo hay alguien que puede dar salvación: Jesús.
En la Biblia encontramos que más allá de darnos comodidad o una vida tranquila en la tierra, Jesús nos promete salvación y una vida eterna junto a Dios, en el Cielo. Por las Sagradas Escrituras sabemos que el destino final del ser humano no se encuentra aquí, sino en la vida eterna; y por esa razón debemos enfocarnos en dicha existencia.
A continuación se encuentran algunas razones por las que podemos tener la completa seguridad de que Jesús nos da verdadera salvación.
Solo Jesús puede dar salvación porque
Él fue elegido por Dios
La narrativa de la Biblia en conjunto nos dice que Dios tenía un plan de salvación desde el principio, y dicho plan incluía a Jesús como el centro de todo.
Cristo es la piedra viva, rechazada por los seres humanos, pero escogida y preciosa ante Dios.
1 Pedro 2:4 (NVI)
Dios manifestó Su plan a través de profecías que quedaron registradas en la Biblia; y el único que pudo cumplirlas todas fue Jesús (Mateo 5:17). Además, incluso cuando Jesús fue tan humano como nosotros, Él no pecó (Hebreos 4:15); es decir que no solo cumplió las profecías, sino que también llevó una vida digna y aprobada ante Dios y los hombres. Por esta razón podemos confiar que Él es el camino correcto para llegar a Dios.
Él nos reconcilió con el Padre
Al inicio, en la Creación, los seres humanos podían interactuar directamente con Dios; pero debido a que Adán y Eva pecaron, todos sus descendientes estamos separados de Dios y no podemos ir libremente hacia Él. Esto es porque Dios no puede habitar en donde hay pecado; sin embargo, Él nos ama tanto que proveyó una forma para que podamos reconciliarnos con nuestro Padre:
Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no me envió a este mundo para condenar a la gente, sino para salvarla. El que cree en mí, que soy el Hijo de Dios, no será condenado por Dios. Pero el que no cree ya ha sido condenado, precisamente por no haber creído en el Hijo único de Dios.
Juan 3:16-18 (TLA)
Porque somos pecadores, merecemos morir eternamente; pero Jesús murió en nuestro lugar para que podamos ir al Cielo. La Biblia dice que Él era el único candidato que podía lograrlo (1 Juan 2:2; Hebreos 10:26); y que gracias a su muerte y resurrección, Jesús es el mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5; Juan 14:6).
Él venció a la muerte y al pecado
Jesús murió en nuestro lugar, pero la muerte no fue su último destino. Él venció a la muerte: resucitó, y gracias a ese acto, hoy podemos tener salvación y vida eterna. Jesús es el único que vino desde el Cielo y volvió allí (Juan 3:13); y también es el único que resucitó con Su propio poder (Lucas 24:6; Hechos 2:24).
Si Jesús no lo hubiese vencido a la muerte, no tendríamos ninguna forma de recibir perdón por nuestros pecados:
Y nosotros, los apóstoles, estaríamos todos mintiendo acerca de Dios, porque hemos dicho que Dios levantó a Cristo de la tumba. Así que eso no puede ser cierto si no hay resurrección de los muertos; y si no hay resurrección de los muertos, entonces Cristo no ha resucitado; y si Cristo no ha resucitado, entonces la fe de ustedes es inútil, y todavía son culpables de sus pecados.
1 Corintios 15:15-17 (NTV)
Más que la crucifixión, la resurrección es nuestra garantía para tener salvación. Jesús se sacrificó para que nosotros tuviéramos perdón y esperanza, y es por ello que Él es #ElCamino.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.